¿Sabías qué…?

El origen del Cheesecake se remonta a la Antigua Grecia, en dónde se ofrecía a los  primeros atletas de los juegos olímpicos como un alimento nutritivo. Posteriormente los romanos agregaron el huevo a la fórmula, y con su expansión lo llevaron al resto de Europa. La adición del queso crema llegó hasta 1872 cuando un fabricante de queso neoyorkino comenzó a ofrecer su novedoso queso cremoso a las panaderías locales quienes poco a poco fueron incorporándolo a la preparación de este antiguo pastel. Hoy en día el Cheesecake en sus diferentes variedades es un icono dulce de la gastronomía de Nueva York, y casi cada cafetería en esa ciudad se aprecia de tener una versión propia de tan popular postre apreciado ya en todo el mundo. Puede ser horneado o frío.